El estrés es una herramienta esencial para la supervivencia, pero se convierte en un problema cuando se cronifica y ocasiona trastornos emocionales y físicos. Técnicas como el reiki, el do in y el shiatsu nos ayudan a rebajarlo para que no nos sobrepase. Pór Belén Dominguez

Jaqueca, dolor de espalda, dificultades para conciliar el sueño, dermatitis, trastornos digestivos… Estas molestias tan frecuentes están asociadas en ocasiones a los trastornos de ansiedad, un problema que, según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, sufre en algún momento de su vida más del 15% de la población.
En realidad, el estrés no es más que un mecanismo necesario para la supervivencia: la reacción del organismo para hacer frente a situaciones de amenaza. Pero pasa a ser preocupante cuando se convierte en crónico como consecuencia de algún suceso traumático, de las exigencias de la sociedad tan competitiva en la que vivimos, del modo de interpretar lo que nos sucede o, simplemente, como apuntan especialistas como el psiquiatra brasileño Augusto Cury (MÁS ALLÁ, 219), del exceso de información que recibimos a diario. Entonces aparecen, además de síntomas físicos como los citados, irritabilidad, hiperemotividad u otras reacciones emocionales negativas.

AUTOMASAJE
Si son graves, los trastornos de ansiedad requieren ser evaluados por un especialista. Pero, cuando no llegamos a estos extremos, sino que simplemente respondemos al tópico del ciudadano “estresado”, además de introducir en nuestros hábitos actividades tan saludables como el yoga, la meditación o el ejercicio físico moderado, que estimula la producción de endorfinas, podemos recurrir a algunos “trucos” que nos ofrecen las tradiciones orientales.
El maestro budista Dagsay Tulku Rimpoché aconseja darnos a diario un sencillo automasaje que se lleva a cabo de la siguiente manera:
- Sentados en el suelo con la espalda recta y relajada, colocar las manos sobre las rodillas con las palmas hacia arriba.
- En esta posición, presionar la segunda articulación de cada dedo con la yema del pulgar.
- Con los dedos ligeramente separados, empezar a cerrarlos de uno en uno empezando por el pulgar. Cuando tengamos el puño cerrado, abrir la mano con suavidad. Repetirlo cinco veces.
- Llevar las manos a la altura del pecho y sacudirlas, primero, de arriba a abajo y, después, de izquierda a derecha durante unos segundos.
- Frotarse las manos hasta que estén calientes y después pasarlas por el rostro cinco veces.
- Masajear las sienes haciendo círculos con las yemas de los dedos índice y corazón mientras los pulgares reposan sobre las mejillas y el resto de los dedos permanecen doblados.
- Pellizcar suavemente las cejas desde el ángulo interno del ojo hacia la sien.
- Amasar las mejillas.
- Masajear el cuero cabelludo con las yemas de los dedos abiertos empezando por la frente y acabando por la nuca.
- Llevar la mano contraria a cada hombro y masajearlo. Al terminar, devolverla a la posición inicial sobre la rodilla.
- Poner el pie derecho sobre el muslo izquierdo y masajear la planta. Al terminar, hacer rotaciones con el pie dos veces en cada sentido. Repetir la operación con el pie izquierdo sobre el muslo contrario.

PRESIÓN Y AROMAS
Muchas técnicas vinculan los desórdenes físicos y psíquicos a desequilibrios o bloqueos energéticos, pues, además de sistemas como el circulatorio o el linfático, que identifica la medicina occidental, tienen en cuenta los canales por los que fluye la energía vital.
Según los principios del shiatsu, el nerviosismo puede estar causado por una carencia de energía yin en los riñones. Para aliviarlo los terapeutas que practican esta disciplina presionan un punto relacionado con este órgano que se encuentra en una pequeña hondonada, muy fácilmente identificable al tacto, que hay 2,5 cm por debajo del hueso interno del tobillo.
Para rebajar las tensiones a través del do in se realiza un masaje circular con la uña del dedo pulgar sobre un punto situado ligeramente por encima del nacimiento del meñique en el borde externo de cada mano.
Por su parte, los médicos tradicionales tibetanos combaten el estrés actuando sobre dos puntos de aire o lung, uno de los tres tipos de energía –los otros dos son la flema o péken y la bilis o tripa– que se encuentran equilibrados cuando se está sano. Se trata de la coronilla y de las orejas, que masajean suavemente con aceite de sésamo tibio.
Los aceites esenciales son también grandes aliados en nuestra lucha contra el estrés. Al tiempo que los empleamos para que las manos se deslicen con más suavidad cuando estamos practicando un masaje, podemos aprovechar las propiedades de las plantas de las que se extraen. La flor de azahar, el cedro, el geranio, la lavanda y la manzanilla son relajantes, mientras que la bergamota sirve para estabilizar el estado de ánimo.
Si los utilizamos como aceites de masaje, debemos mezclarlos con una base de aceite de oliva, coco o almendra. También podemos dispersar su aroma colocándolos en un quemador de esencias. En cualquier caso, debemos asegurarnos de que se trata de productos naturales que no incluyen entre sus ingredientes derivados del petróleo.

VISUALIZACIÓN RELAJANTE: CABAÑA PROTECTORA
Uno de los instrumentos más poderosos de que disponemos es nuestra mente. Así lo entiende el psiquiatra estadounidense Gerald Epstein, que utiliza la técnica de la visualización en el campo de la salud integral. Entre otras indicaciones, resulta especialmente eficaz para rebajar el grado de estrés. Es muy fácil de practicar. Simplemente es necesario dar rienda suelta a la imaginación.
- Colócate cómodamente en un lugar en el que estés a gusto y libre de posibles interrupciones. Cierra los ojos.
- Imagina que vas caminando hacia el horizonte por un sendero entre verdes colinas. Es una agradable mañana de primavera. Céntrate en el bienestar que sientes.
- En el horizonte aparecen de pronto unos amenazantes nubarrones negros.
- Los nubarrones se transforman en tormenta. Sigues caminando, sin acelerar el paso, mientras ves cómo sale un rayo de ellos y escuchas un trueno en la lejanía.
- Las nubes se van acercando mientras descargan una gran cantidad de lluvia y se multiplican los truenos y los relámpagos.
- Empieza a chispear y comienzas a mojarte.
- Sigues caminando mientras la lluvia arrecia hasta que, al doblar una curva, te encuentras con una cabaña. La tormenta sigue acercándose.
- Te diriges hacia la cabaña y entras en ella. Imagínatela lo más acogedora posible, con todos los detalles que asocies a esta idea: un sofá comodísimo, una chimenea encendida para secarte la ropa, una humeante taza de té encima de una mesa…
- Cuando te acomodas dentro de la cabaña, la tormenta se desata en el exterior. La lluvia azota las paredes y los relámpagos iluminan las ventanas, pero te sientes absolutamente protegido y en calma mientras la tempestad amaina y se va alejando hasta que desaparece.
- Céntrate en esa sensación de paz durante unos minutos. Después, respira profundamente y abre los ojos.

ANSIEDAD Y EXCESO DE YANG: COMO REBAJARLO CON LA RESPIRACIÓN
Los terapeutas taoístas relacionan el nerviosismo, la irritabilidad y la hiperactividad con un exceso de energía yang. Para corregirlo aconsejan practicar durante unos minutos un tipo de respiración que potencia su opuesto complementario, la energía de tipo yin. Practícala siguiendo las siguientes instrucciones:
- Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas y las manos, con las palmas hacia arriba, colocadas sobre las rodillas. Cierra los ojos.
- Asegúrate de mantener la columna recta, evitando las tensiones en la espalda, el cuello y los hombros.
- Inspira lentamente, mientras cuentas hasta diez, imaginando que el aire que penetra por tus fosas nasales sube hacia tu coronilla por el interior de tu cabeza.
- Contén la respiración durante dos segundos.
- Expulsa el aire suavemente mientras cuentas hasta cinco.

EL DATO
Según Chujiro Hayashi, uno de los discípulos del descubridor del reiki, Mikao Usui, cada emoción está vinculada a unos órganos determinados. En el caso del nerviosismo, se asocia a los principales integrantes del aparato digestivo (estómago, intestinos, hígado y páncreas) y a los riñones.

 Por eso actuando sobre ellos a través de esta técnica de imposición de manos se puede reducir la ansiedad.

El automasaje al igual que el masaje relaja las terminaciones nerviosas y mejora la circulación sanguínea y linfática por eso es muy aconsejable realizarlo cuando hay dolor de cabeza sobre todo si es de origen tensional.