Una vez, un pollito y una gallina decidieron ir a buscar avellanas para comer.
Ambos acordaron que iban a repartir a partes iguales todas las semillas que recogieran. Pero la gallina, que era un poco tacaña, decidió no compartir y al encontrar una avellana la engulló y se ahogó.
Cuando el pollito fue a verle, le dijo que fuera a por agua.
Apresurándose, el pollito le pidió al pozo el agua, pero el pozo le dijo que antes le debía dar un ramo de flores de una novia; el pollito le pidió el ramo a la novia, pero ésta le dijo que antes tenía que ir al zapatero a por sus zapatos; el zapatero le dijo que antes de darle los zapatos le tendría que pedir al cerdo tres libras de manteca; el cerdo le dijo que antes debería traerle un poco de hierba fresca; y el prado como era muy bueno no le pidió nada a cambio.
El pollito fue haciendo uno a uno todos los recados, pero cuando llegó la gallina había .....
Un cazador que por allí pasaba con unas pinzas logró quitarle la avellana y la gallinita se curó feliz.
Que importante es entender que la tacañeria muchas veces es nuestro mismo mal.
El que acumula para sí solo, llama a gritos a la infelicidad y ésta llega...El que reparte, abre la puerta a la felicidad. .
Acaparar y ser egoísta cierran la puerta....