Imagínate que pudieses alejarte de ti mismo unos
cuatro o cinco pasos, suficientemente lejos como
para estar completamente separado de ti mismo
pero suficientemente cerca como para poder observar cada detalle.
¿Qué verías? ¿Qué impresión te llevarías de ti mismo? ¿Te agradaría lo que verías? ¿Qué consejo ansiarías darte?
Ahora mismo: Por un momento, mírate a ti mismo como mirarías a otra
persona, con una dosis de objetividad y neutralidad.
Considera cómo se perciben desde afuera tus acciones y
prioridades. Observa lo que haces con los momentos
preciosos que conforman cada día. No sólo encontrarás
oportunidades de mejora. También descubrirás enormes e increíbles posibilidades. Te ayudará a tener una nueva y valiosa perspectiva de ti mismo. Tú ya sabes como es visto desde el interior. Trata de descubrir cómo es visto desde afuera hacia adentro.
Verás el mundo de una manera nueva y positiva.
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