Mi vida ha sido un camino
donde los guijarros han herido mis pies.
Las horas de fatigas han sido más que las de reposo,
viendo como el aire aventó
los pétalos caídos de mis rosales,
esperando día tras día,
que mis padres no me renegaran.
Porque siendo ingenua como la hierba buena,
pura como la alborada,
alegre como la golondrina,
me marchité una radiante mañana.
Las esperanzas se rompieron,
las ilusiones se expandieron,
solo quedó dentro de mí,
el dolor y el desasosiego.
Quisiera ser mi propio tiempo,
para poder cambiar tanto dolor y temor,
volver atrás a mi niñez,
y decirles a los padres que me hicieron nacer,
!no destrocéis el corazón jamás de un niño,
por que en el futuro vivirá,
siempre marcado por la falta de cariño!.
!Quisiera poder ser mi propio tiempo,
para poder lograr la paz y la calma,
borrando del pasado,
las vicisitudes tan amargas!.