La palabra nos fue dada para decir lo que queremos, las voz nos fue dada para ser escuchadas, y de una u otra manera, se nos han dado las facultades para hacernos entender, pero, ¿somos entendidas? O a lo mejor la pregunta sería: ¿nos hacemos entender?
Los labios se mueven, sonidos salen de ellos, podríamos jurar que estamos hablando perfectamente claro, pero muchas veces los hombres no nos captan lo que queremos decir.
Muchas veces sin darnos cuenta necesitamos ayuda para que nuestro “sutil lenguaje” sea entendido, un fenómeno que se da muy a menudo en la pareja, ¿por qué disfrazamos el verdadero significado de nuestras palabras?
El sutil lenguaje de las mujeres
La mujer por ejemplo, intenta en todas las formas posibles de enviarle mensajes disfrazados de lo mucho que le gustaría a ella recibir un regalo de parte de él.
“El esposo de mi amiga le regaló un hermoso peluche, todas las que estábamos allí, nos sentimos un poquito envidiosas, en cuanto yo tenga oportunidad me compro uno igual y me hago a la idea que tú me lo regalaste…”
Con una frase así, la mujer en realidad le esta diciendo: “cómprame ese peluche que tanto me gusta”. La realidad es una sola, tanto hombres como mujeres, queremos tener “delicadeza” para pedir lo que queremos y cuando lo queremos, y nos encontramos muchas veces con resentimientos que no tienen razón de ser al no recibir la respuesta que esperamos. Esto lo podríamos aplicar a una buena comunicación, a la confianza de ambos para pedir lo que queremos, no podemos esperar que los hombres nos entiendan el lenguaje mudo que utilizamos muchas veces para tener un poco de atención, o una delicadeza.
Aprender a escuchar… ¡y a hablar!
Creo que si bien el adulto, especialmente el hombre puede “aprender” a escuchar, también es posible aprender a hablar.
Los hombres suelen ser mucho menos perceptibles a los mensajes sutiles que la mujer. Puede que cuando le hablas de ese hermoso peluche que le regalaron a tu amiga y que tú desearías tener un detalle así de tu hombre, él realmente esté pensando: “¿Qué me importa lo que a su amiga le regalen?”. Después de un tiempo, al final un día se acaba dando cuenta de lo que querías y te pregunta: “¿por qué no me dijiste que querías que te lo comprara?”.
Aceptemos también que nosotras las mujeres muchas veces pretendemos no entender lo que en realidad hemos entendido perfectamente, algunas cosas que podríamos muy fácilmente mal interpretar:
- Ella dice: “¿podríamos hablar?”
Realmente está diciendo “hay algo importante que tenemos que hablar acerca de los niños”.
- Él piensa: “problema a la vista”.
Otro ejemplo:
- Ella dice: “Me encantan esos aretes que vimos en la tienda”.
- Él piensa: “No soy mujer para hablar de aretes”.
El verdadero mensaje de la mujer es que quiere esos aretes, pero quiere que él tenga el detalle de comprárselos.
El gran problema con la pareja, es que no se dan cuenta de cómo la otra parte funciona. La mujer espera que si ella se siente libre para hablar de sus emociones, el esposo también puede hacer lo mismo. Mientras tanto, un hombre tiende a tomar el esfuerzo de comunicarse con la esposa como una simple forma para compartir información, y no una experiencia emocional. Entonces si ella dice “estoy preocupada por que nuestro hijo no nos ha llamado para dejarnos saber que está en la casa de su amigo”, él puede decir: “estoy seguro que está bien”, lo toma como una pregunta “¿está bien?”. No se da cuenta o no se quiere dar cuenta que lo que ella está diciendo es “estoy angustiada, asustada, toma el coche y ve a ver si está bien”. El hombre no enfoca su atención en la experiencia emocional por la que ella está pasando” (Scott Haltzman)
¿Usas palabras directas para hacerte entender? ¿Tratas de entender las palabras de tu pareja?
|