La lucha por encontrar el verdadero amor no se termina nunca, estamos siempre a la espera del milagro del amor y un día, así sin proponérnoslo, sin buscarlo nos llega con todos sus accesorios: Es guapo, inteligente, emprendedor, tiene dinero y lo que es mejor, me ama.
¿Y qué acerca del hombre que compra sentimientos…?
El hombre: “El sexo fuerte” (dicen), el que todo lo puede, se siente afortunado cuando encuentra a la mujer que ha de compartir el resto de su vida con él (o por lo menos eso piensa), y lo da todo materialmente hablando, sin darse cuenta, compra los “te amo” paga para sentirse dueño de esa mujer que le roba el sueño, poca o ninguna cuenta se da, que lo que a esa mujer le interesa es el color del billete con que le paguen sus sentimientos y esa mujer minimiza su valor humano y minimiza sus sentimientos mas nobles a cambio de un puñado de billetes que son el valor pagado a cambio de engañar y de hacerlo creer que lo ama y se lo repite aún a sabiendas que ella nunca será para él, porque él no llena sus expectativas, ya sea por sus pocos atributos físicos o simplemente porque no quiere tener compromisos de pareja, pero eso tampoco importa, si a cambio tiene su dinero, después de todo, de ofrecer y prometer, ninguno se queda pobre, pero en cambio recibe el dinero que le gusta gastar a manos llenas.
Es una realidad que el hombre, en algunos de los casos no quiere ver y esperan con impaciencia el futuro, en el que tendrán entre sus brazos a su “amada”, muchas veces me he preguntado, ¿quién tiene menos dignidad, el que compra sentimientos, o quien los vende?
Muy a menudo escuchamos o leemos casos que se dan en cualquier medio de comunicación: en el Internet por ejemplo, hemos podido ver y seguimos viendo a diario a mujeres que nos cuentan de cuánto han dado, de cuántas mentiras escucharon a cambio de dinero que su supuesta pareja les pidió, amparados en promesas que no cumplieron, pero siempre le sobran problemas que se resuelven con dinero y que mejor que obtener ese dinero de la mujer que aparentemente “lo ama”.
¿Cuántas de nosotras nos hemos visto en esa burbuja que parece sacada de la fantasía? Nos vemos rodeadas de todo cuanto la mujer pueda pedir, sus expectativas están llenas a satisfacción, amamos y nos entregamos poniendo el corazón, no hay nada más que pedirle a la vida, sólo tenemos que cuidar lo que tenemos, sin embargo y sin darnos cuenta la magia se marcha de nuestro hogar, tal parece que el amor que estuvo y del que nos creemos dueñas, no está más.
Llega el engaño, la infidelidad de nuestra pareja, y nos vemos atrapadas en el dilema de perdonar o no.
¿Pero qué pasa cuando perdonamos por conveniencia, nos quedamos atrapadas en una jaula de oro?
No nos sentimos capaces de enfrentar la vida por si solas, nos ahoga vivir en un hogar donde el amor ya no existe, pero no nos sentimos capaces de renunciar a la estabilidad económica que nuestra pareja nos ofrece a cambio, tenemos que fingir que todo está bien, que las aberraciones y humillaciones no importan ya más y las heridas del corazón se cubren con dinero por el momento, eso es lo que “importa”.
Cuántas veces escuchamos quejas de alguna mujer: “Tengo más de lo que quiero, pero no tengo amor”, “lo tengo comiendo de mi mano, me da lo que yo le pida, pero no puedo perdonarlo ni olvidar sus engaños” porque no nos damos cuenta que si amamos, que si nos amamos a si mismas, nos daremos cuenta que solas podemos, porque amigas queridas, el amor no tiene precio, el amor no se compra ni se vende, el amor no se mide por lo que nos puedan dar, el amor se mide por lo que somos capaces de amar, no le pongamos precio a nuestros sentimientos, nuestra libertad y nuestra felicidad, piensa que lo material un día está, pero se esfuma tan rápido como llega. Recordemos que hilo que nos une a los que amamos es muy frágil y ese hilo no existe si damos amor o palabras a cambio de dinero o de bienestar.
Recordemos siempre, que aunque las sedas cubran las llagas, quedan muy en lo profundo de nuestro corazón y a ese corazón, no se le engaña ni cubriéndolo de oropeles.
Mujer, ¿Venderías tus sentimientos?
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