La verdad y la fuerza impulsora que
hay tras la reencarnación es lo que
recibe el nombre de karma. En
Occidente, el karma recibe a menudo
una interpretación totalmente
errónea que lo identifica con el sino
o la predestinación, pero es más
acertado concebirlo como la ley
infalible de causalidad que rige el
universo. La palabra karrma
significa literalmente «acción, acto»,
y designa tanto el poder
latente que hay en las acciones como las
consecuencias que se
derivan de nuestros actos.
Toda acción implica un deseo que la
originó y un pensamiento
que la modeló, además del movimiento visible
llamado el "acto".
Un deseo estimula un pensamiento, y éste se
personifica en una acción;
en tanto que a veces es un pensamiento, en
forma de recuerdo,
el que despierta un deseo, y el deseo estalla en
acción. Toda causa
fue anteriormente un efecto, y cada efecto, a su vez
se convierte
en una causa. La acción es la forma externa de un
pensamiento
y un deseo invisibles, y en el propio instante de cumplirse,
da
nacimiento a un nuevo pensamiento y, deseo, formando los tres
un
círculo perennemente renovado.
La relación de estos tres, como "acción" y los
interminables
entrelazamientos de tales acciones como causas y efectos
se
hallan todos incluidos en la palabra KARMA, que es una sucesión
de
hechos reconocida en la
Naturaleza, es, decir, una Ley. Por los
cuales Karma
se llama la Ley
de Causación o Ley de Causa y Efecto;
es la Ley de una fuerza y de los resultados
por ella producidos. Esta fuerza
puede actuar en el plano físico o mundo
del movimiento en el astral o mundo
del sentimiento, y en el mental o
mundo del pensamiento.