Quiero bajar al pozo,
quiero subir los muros de Granada,
para mirar el corazón pasado
por el punzón oscuro de las aguas.
El niño herido gemía
con una corona de escarcha.
Estanques, aljibes y fuentes
levantaban al aire sus espadas.
¡Ay, qué furia de amor, qué hiriente filo,
qué nocturno rumor, qué muerte blanca!
¡Qué desiertos de luz iban hundiendo
los arenales de la madrugada!
El niño estaba solo
con la ciudad dormida en la garganta.
Un surtidor que viene de los sueños
lo defiende del hambre de las algas.
El niño y su agonía, frente a frente,
eran dos verdes lluvias enlazadas.
El niño se tendía por la tierra
y su agonía se curvaba.
Quiero bajar al pozo,
quiero morir mi muerte a bocanadas,
quiero llenar mi corazón de musgo,
para ver al herido por el agua.
Federico García Lorca nació el día 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, pueblo de la vega de Granada. Fue el primogénito de sus padres, Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca Romero, quienes posteriormente tuvieron otros tres hijos más: Francisco, Concha e Isabel. Comenzó sus estudios de bachillerato y música en Almería, donde residió unos meses (1908), trasladándose toda la familia a vivir a Granada en 1909. Estudió en la Facultades de Filosofía y Letras y de Derecho en la Universidad de Granada, entablando gran amistad con el núcleo intelectual granadino: Melchor Fernández Almagro, Miguel Pizarro, Manuel Ángeles Ortiz, Ismael G. de la Serna, Angel Barrios y Manuel de Falla. En 1918 publicó en Granada su primer libro (Impresiones y Paisajes) y escribió algunos poemas que publicaría más adelante en su Libro de Poemas.
Desde 1919 a 1928 vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, entablando amistad con Luis Buñuel, Salvador Dalí, Gregorio Prieto, Rafael Alberti y Juan Ramón Jiménez. El estreno en el Teatro Esclava de Madrid de su obra El maleficio de la Mariposa (1920) fue un fracaso.
Publicó su Libro de Poemas en 1921, y posteriormente sorprendió con su amplia obra que incluye verso, teatro, dibujos:
Poema del Cante Jondo, la tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita, Mariana Pineda, Suites, Canciones, Romancero Gitano, Poeta en Nueva York, La Zapatera prodigiosa, Bodas de Sangre, el Diván del Tamarit, Yerma, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, Doña Rosita la Soltera, La Casa de Bernarda Alba, etc.
A partir de 1926 pasó con su familia frecuentes estancias en la Huerta de San Vicente, en plena vega granadina, que hoy día ha sido integrada a la ciudad como "Parque García Lorca".
En 1929 marcha a Nueva York, matriculándose en la Universidad de Columbia.
Posteriormente hizo numerosos viajes por Suramérica.
El día 13 de julio de 1936 llega a Granada procedente de Madrid.
Cinco días después (18 de julio) se produce el Alzamiento militar contra el Gobierno de la República.
Había transcurrido menos de un mes del comienzo de la guerra civil cuando es detenido (16 de agosto) y tres días después asesinado en Víznar (Granada).
Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas, pero mi senda se pierde en el alma de la niebla. La luz me troncha las alas y el dolor de mi tristeza va mojando los recuerdos en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas, tan blancas como mi pena, y no son las rosas blancas, que ha nevado sobre ellas. Antes tuvieron el iris. También sobre el alma nieva. La nieve del alma tiene copos de besos y escenas que se hundieron en la sombra o en la luz del que las piensa.
La nieve cae de las rosas, pero la del alma queda, y la garra de los años hace un sudario con ellas.
¿Se deshelará la nieve cuando la muerte nos lleva? ¿O después habrá otra nieve y otras rosas más perfectas? ¿Será la paz con nosotros como Cristo nos enseña? ¿O nunca será posible la solución del problema?
¿Y si el amor nos engaña? ¿Quién la vida nos alienta si el crepúsculo nos hunde en la verdadera ciencia del Bien que quizá no exista, y del Mal que late cerca?
¿Si la esperanza se apaga y la Babel se comienza, qué antorcha iluminará los caminos en la Tierra?
¿Si el azul es un ensueño, qué será de la inocencia? ¿Qué será del corazón si el Amor no tiene flechas?
¿Y si la muerte es la muerte, qué será de los poetas y de las cosas dormidas que ya nadie las recuerda? ¡Oh sol de las esperanzas! ¡Agua clara! ¡Luna nueva! ¡Corazones de los niños! ¡Almas rudas de las piedras! Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas y todas las rosas son tan blancas como mi pena.