Ese que sale de su país porque tiene miedo, no sabe de que, miedo del queso con ratón, de la cuerda entre los locos, de la espuma en la sopa. Entonces quiere cambiarse como una figurita, el pelo que antes se alambraba con gomina y espejo lo suelta en jopo, se abre la camisa, muda de costumbres, de vino, de idioma. Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor, y duerme a pata ancha. Hasta de estilo cambia, y tiene amigos que no saben su historia provinciana, ridícula y casera. A ratos se pregunta como pudo esperar todo ese tiempo para salirse del río sin orillas, de los cuellos garrote, de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves. A fojas uno, si, pero cuidado: un mismo espejo es todos los espejos, y el pasaporte dice que naciste y que eres y cutis color blanco, nariz de dorso recto, Buenos Aires, septiembre. Aparte que no olvida, porque es arte de pocos, lo que quiso, esa sopa de estrellas y letras que infatigable comerá en numerosas mesas de variados hoteles, la misma sopa, pobre tipo, hasta que el pescadito intercostal se plante y diga basta. Antes, después como los juegos al llanto como la sombra a la columna el perfume dibuja el jazmín el amante precede al amor como la caricia a la mano el amor sobrevive al amante pero inevitablemente aunque no haya huella ni presagio
aunque no haya huella ni presagio como la caricia a la mano el perfume dibuja el jazmín el amante precede el amor pero inevitablemente el amor sobrevive al amante como los juegos al llanto como la sombra a la columna
como la caricia a la mano aunque no haya huella ni presagio el amante precede al amor el perfume dibuja el jazmín como los juegos al llanto como la sombra a la columna el amor sobrevive al amante pero inevitablemente
De qué sirve escribir la buena prosa,
de qué vale que exponga razones y argumentos
si los chacales velan,
la manada se tira contra el verbo,
lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
vuelven lo blanco negro,
el signo más se cambia en signo menos,
los chacales son sabios en los télex,
son las tijeras de la infamia y del malentendido,
manada universal, blancos, negros, albinos,
lacayos sino firman y todavía más chacales cuando firman,
de qué sirve escribir midiendo cada frase,
de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta
si al otro día los políticos, los consejeros, las agencias,
los policías disfrazados,
los asesores del gorila, los abogados de los trusts
se encargarán de la versión más adecuada para consumo
de inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra
nuestra
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando baba
prefabricada, mierdas en pulcras columnas, y hay quien cree
y al creer olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es falible
y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con
sus noticias invalida
todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente
traficado y mentido.
Entonces no, mejor ser lo que se es,
decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá quien
entienda
este lenguaje que del fondo viene,
como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.
Y el que espere otra cosa, la defensa o la final explicación, la
reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario made in
USA
y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o de la UPI
donde chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria,
donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos
traducirán para él, con tanta generosidad,
las instrucciones del Chacal con sede en Washington,
las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva nacional,
con mierda autóctona, fácil de tragar.
No me excuso de nada, y sobre todo
no excuso este lenguaje,
es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:
los mando a todos a la puta madre que los parió
y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que espero…