LA ENERGíA Y EL PENSAMIENTO
Nos encontramos en un universo cambiante y en contínuo movimiento.
Cuando los pensamientos se tornan obsesivos y nos causan sufrimiento y temor, estos producen un estancamiento de energía y en caso de no prestarles la debida atención se manifestará sintomatológicamente en el campo físico.
De allí la importancia de elegir nuestros pensamientos y modificarlos a su tiempo, produciendo un cambio capaz de centrarnos en las fases positivas.
Aceptar y reconocer la fluidez del pensamiento y el poder abrirnos, nos dan una mejor ubicación del lugar en el cual nos encontramos.
El pensamiento, es en un primer momento una onda, una vibración y se halla en el campo de lo in-manifiesto. Nosotros al llevarlo a la acción, nos transformamos en co-creadores de todo lo que existe.
Somos capaces de tener muchos pensamientos, pero está en nosotros ejercitar el criterio de selección y comprender que los más positivos son los que nos benefician, pensamientos de paz, amor, armonía y equilibrio.
Si nos damos cuenta de que el pensamiento es primero una onda de vibración, no sujeta a un espacio-tiempo como lo es la materia, podemos aceptar el poder que tiene su transformación, afirmando que es posible transformar todo lo que nos rodea.
Deseamos que todas las cosas y las personas en nuestra vida sean diferentes, pero en realidad sólo lo podemos alcanzar a través de nuestra transformación y modificando nuestro punto de vista.