Que siempre haya escuchado que la vida es una montaña
creo saber por qué lo dicen...
y qué tipo de personas lo decían...
Ser temperamental escapa a la monotonía,
vivir las emociones al extremo de gritar como de llorar de dolor.
Tan estables que pueden parecer algunos,
pero tan variables ,como la posibilidad de que la luz oscura
existiera, en el haz de un diamante.
Los temperamentales son océanos indomables,
creencias juzgadas a cada minuto,
sentimientos puestos en pié de guerra a cada segundo...
Para ellos no existe una esperanza estable...
sólo el anhelo de cruzar y sentir la brisa de nuevos
cielos lejos del encierro.
..la vida es una montaña
con grandes cumbres metálicas y fuertes,
con profundas marcas hacia lo profundo de los miedos.
Ellos buscan el descanso en el movimiento,
un respiro en los rápidos de los ríos antes de caer...
Busco el silencio en el ruido de la gente que no escucha,
intento encontrar la luz por los dedos y la confianza en el olfato..
. Siempre recordando alguna vez ,encontrar quizás,
la empuñadura del filo en mi pecho...
Las arenas borran coquetas mis huellas tras el paso del mar...
siempre el océano invitandome a sus rincones...
mas terminé yo invitandolo a dejar su paso en la arena...
..Mientras nadaba en sus aguas frías, al dejarme llevar
por sus corrientes, perdí la noción de lo que era...
una mujer. Una femina soñadora de sirena, donde imaginando
respirar aire puro, tragaba en realidad agua salada.
...quedé con sabor amargo de sal...
Que la vida sea una montaña
implica que posee su encanto
y velocidad, sólo hay que abrir los ojos y los sentidos
a los momentos que pasan a nuestro lado.
Quienes dicen ésto... ...simple...
...nosotros...
los temperamentales.
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