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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Thamy  (Mensaje original) Enviado: 02/07/2010 19:13
 

 

Un frío viento de marzo danzaba al final de

 una noche en Dallas cuando el médico entro

 a la pequeña habitación donde se encontraba

Diana Blessing.

     Aún aturdido por la cirugía, su esposo David

 sostenía su m>> mientras se daban ánimo

para las últimas noticias.

     Esa tarde del 10 de marzo de 1991, una serie de

 complicaciones obligó a Diana, con tan solo 24

semanas de embarazo, a someterse a una cesárea

 de emergencia para dar a luz a la nueva hija

de la pareja, Danae Lu Blessing.

     Con 12 pulgadas y pesando solo una libra y

nueve onzas, ellos  sabían que era una niña

 precariamente prematura. Aun así, las suaves

 palabras del médico cayeron como bombas.

"No creo que lo logre" dijo, tan 

amablemente como pudo.

     "Solamente hay un 10% de posibilidades de

que sobreviva la noche y aun cuando, si por

alguna escasa posibilidad lo logra, el futuro para 

ella podría ser muy cruel". Pasmados e incrédulos,

 David y Diana escuchaban

 a medida que el doctor describía los problemas

devastadores a los que Danae se enfrentaría

si lograba sobrevivir.

     Ella nunca podría caminar, nunca podría hablar,

probablemente sería ciega y estaría ciertamente

 propensa a otras condiciones catastróficas como 

parálisis cerebral, retardo mental y así y así....

"No! No!" era todo lo que Diana podía decir.

Ella y David, junto con su hijo de 5 años, Dustin, habían

soñado desde hace mucho con el día en que

vendría una hija para que fueran una familia de cuatro.

     Ahora, en cuestión de horas, ese sueño se

desvanecía. Durante las obscuras horas

 de la mañana, mientras la vida de Danae 

dependía del mas delgado hilo, Diana despertó

 sobresaltada de su  sueño, con una creciente

 determinación de que su pequeñísima hija viviría

y viviría para convertirse en una niña saludable y feliz.

     Pero David, completamente consciente y escuchando

los horrendos detalles sobre las posibilidades

de que su hija dejara con vida el hospital,

 mucho menos saludable, supo que debía

confrontar a su esposa para lo inevitable.

     David entró y dijo que necesitaba que

hablaran sobre realizar los  arreglos del funeral.

 Diana recuerda "Me sentí tan mal por el porqué

 estaba haciendo todo lo posible para

 tratar de incluirme en lo que

estaba ocurriendo, pero yo no escuchaba, no

podía escuchar" Y dije "No, eso no va a suceder,

 de ninguna manera!!! No me interesa

 lo que digan los doctores, Danae no va a morir!

     Un día simplemente ella estará bien y

vendrá a casa con nosotros!"

     Como si la determinación de Diana le diera

deseos de vivir, Danae se pegó a la vida,

hora tras hora, con la ayuda de cada máquina

 y logrando que su cuerpecito en miniatura

 pudiera resistir. Pero a medida que

esos primeros días pasaban, una nueva

agonía llegó para David y Diana.

     En vista de que el subdesarrollado

sistema nervioso de Danae se encontraba 

esencialmente "en crudo", el mas ligero

beso o caricia únicamente intensificarían

su incomodidad,

de manera que ni siquiera podían arrullar a

su pequeña bebita contra sus pechos

 para ofrecerles la fuerza de su amor.

     Todo lo que podían hacer, mientras Danae

 luchaba sola bajo la luz ultravioleta en su 

confusión de tubos y cables, era orar

 para que Dios se mantuviera cerca de su

 preciosa niñita. Nunca hubo un momento

en que Danae súbitamente se fortaleciera.

     Pero a medida que las semanas pasaban,

ella milagrosamente iba ganando una

onza de peso aquí y una onza de fuerza allá.

 Finalmente, cuando Danae cumplió los dos

meses de edad, sus padres lograron estrecharla

 en sus brazos por primera vez.

     Y dos meses más tarde, aún cuando los doctores

continuaban con gentileza pero implacablemente

 advirtiéndoles que sus

oportunidades de sobrevivir, mucho menos

 de llevar una vida normal, estaban próximas,

Danae salió del hospital y fue a casa,

justo como su madre lo predijo.

     Hoy, cinco años mas tarde, Danae es

una pequeña pero bulliciosa niña, con chispeantes

ojos grises y un inextinguible entusiasmo por la  vida.  

     Ella no muestra ningún signo de discapacidad

mental o física.  Simplemente, ella es todo lo que

 una niña puede ser y más, pero este final esta

 lejos de ser el final de esta historia.

     Una tarde en el verano de 1996, cerca de su

hogar en Irving, Texas, Danae estaba sentada en

 el regazo de su madre en las gradas de un parque 

local, donde el equipo de baseball de su hermano

Dustin se encontraba  practicando.

     Como siempre, Danae estaba parloteando sin

 parar con su madre y algunos adultos que

se encontraban sentados en un lugar cercano

 cuando súbitamente guardo silencio.

     Rodeando su pecho con sus brazos,

Danae preguntó "Mami, hueles eso?" Olfateando

el aire y detectando la cercanía

 de una tormenta, Diana contesto "Si, huele como a lluvia"

     Danae cerro sus ojos y nuevamente preguntó,

 "Hueles eso?" Una vez más, su madre contesto,

 "Si creo que pronto estaremos mojados, huele a lluvia" .

     Aún atrapada en el momento, Danae sacudió

 su cabeza, acarició sus delgados hombros

con sus pequeñas manos y en voz

alta anuncio, "No, huele a EL. Huele a Dios como

cuando uno recuesta la cabeza en Su pecho"

     Lágrimas arrasaron los ojos de Diana,

 mientras Danae felizmente  brinco de su

 regazo para ir a jugar con los otros niños.

     Antes de que la lluvia cayera, las palabras

de su hija confirmaron lo que Diana y todos

 los miembros del resto de la familia Blessing

 siempre supieron, por lo menos dentro de sus corazones.

     Durante esos largos días y noches de sus

primeros dos meses de vida, cuando sus

nervios eran demasiado sensibles para que

 ellos pudieran tocarla, Dios sostenía a Danae

en Su pecho y era Su amoroso aroma

 lo que ella recordaba tan bien.

     Espero que esta historia haya tocado tu

corazón al igual que tocó el mío.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: angelvioleta Enviado: 05/08/2010 23:48
Una rosa para ti


 
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