Cuando Dios nos ha concedido el privilegio de tener una madre
hemos podido constatar que ella:
Ha sido la primera para educarme en valores ,
psicológicamente, intelectualmente,
espiritualmente, laboralmente, culturalmente. Es decir,
la madre es una especie de poliprofesionista
que se especializa en todo para darse al hijos.
Me ha servido completamente, entregándose, en la enfermedad, el dolor,
el sufrimiento,
durante el embarazo desde el primer instante de la concepción y hasta el parto,
sirve a su Patria en la formación de buenos ciudadanos.
Me ha protegido de vicios, malas amistades e influencias.
Ha sido el símbolo de confianza, seguridad para mi,
ayudando a la formación de su personalidad.
Ha sido congruente,
decidida y valiente para defender los valores esenciales de la vida humana,
para iniciar a mi en el ejercicio de la auténtica libertad.
Me ha amado, pues el amor es la dinámica esencial del ser humano.
El amor maternal es el más sublime, ya que se da sin recibir nada a cambio,
se da, porque el hijo es el tesoro, el don más grande que tiene una madre,
y el tenerlo es ya suficiente paga.Gracias mamá, por todos tus desvelos,
angustias, ejemplos, sonrisas, alegrías,
juegos, estudios, congruencia y lágrimas.
Gracias Mamí...Te Amo!