Sitio
Penetro al fin en ti, mujer desmantelada. que -al terminar el sitio- ya sólo custodiaban monótonos tambores y trémulas estatuas.
Penetro en ti, por fin. Y, entre la luz delgada que filtran, por momentos, estrellas y palabras, encuentro a cada paso que doy sobre los fríos peldaños que conducen al centro de tu alma -un cuerpo junto a otro- cien horas derrotadas.
Me inclino... Una por una las reconozco, a tientas. Contra una jaula exacta en ésta, oscuramente, un ruiseñor estuvo rompiéndose las alas. En ésa... No sé ya lo que en esa existencia moría o principiaba: esquivas formas truncas, presencias instantáneas, deseos incompletos, dichas decapitadas...
Jaime Torres Bodet
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