Cada año, la ropa y los platos de los europeos se lavan con casi dos
millones de toneladas de detergente con fosfatos que acaban en los ríos y
mares y alteran los ecosistemas.
La Comisión Europea ha propuesto prohibir en toda la UE
estos componentes que varios Estados ya han vetado, pero que se siguen
utilizando extensamente en España y en el Este de Europa. La prohibición
afectaría, de momento, sólo a los detergentes de ropa (no a los
productos para lavavajillas, ya que apenas existen alternativas) y, si
los Gobiernos y el Parlamento Europeo aceptan las nuevas reglas, entraría en vigor en 2013.
El reglamento, que debería aprobarse con rapidez, supondría prohibir los fosfatos y limitar la cantidad de fósforo al 0,5% del producto
para la limpieza textil no profesional. Los fabricantes de detergente
para lavavajillas también tienen un ultimátum para ir buscando
alternativas y la Comisión promete volver sobre el asunto antes de
finales de 2014.
Desequilibrio ambiental
Los fosfatos, que hasta ahora han sido un componente esencial para
garantizar la eficacia del lavado, se acumulan en las aguas fluviales y
aumentan las sustancias nutritivas hasta provocar un crecimiento inusual de algas,
que acaba con otras formas de vida acuática en lo que se llama
'eutrofización' o 'mareas rojas'. El desequilibrio es especialmente
grave en el Danubio y el mar Báltico, donde se concentran hasta un
cuarto de los residuos de este tipo, según la Comisión Europea.
Alemania, Francia, Reino Unido, Italia o Bélgica han prohibido total o
parcialmente el uso de fosfatos en los detergentes y han obligado a la
industria a buscar alternativas. En Bélgica, Italia o Irlanda, el 100%
de los productos para la colada que se venden están ahora libres de
fosfatos. En cambio, en España el 60% de los detergentes siguen conteniendo estos ingredientes,
según un informe de la Comisión. Sólo República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Polonia y otros países del antiguo bloque comunista tienen
peores marcas 'verdes' que los productos en los supermercados españoles.
Tradicionalmente, se ha culpado, sobre todo, a los fertilizantes (también se emplea el término de 'mareas verdes'), pero la limpieza de platos y ropa
tiene, en algunos componentes, consecuencias más significativas. Así,
en la UE de 25 (sin contar a Rumanía y Bulgaria, por la escasez de
datos), los detergentes producen 110.000 toneladas de fósforo cada año
frente a los 1,25 millones de toneladas derivados de los productos
agrícolas.
Articulo del diario El Mundo.