¡No existe la muerte!
Nuestras estrellas caen
para elevarse sobre una costa más bella
en algún otro lugar;
Y centelleantes en la enjoyada corona del cielo
brillan por siempre jamás.
¡No existe la muerte!
El polvo que hollamos
Cambiará bajo los chubascos del verano
convirtiéndose en grano o dulce fruta,
o en flores con los colores del arco iris.
Las rocas de granito se convierten en polvo,
y alimentan al hambriento musgo que los cubre.
Las hojas más bellas beben la vida diaria
del aire invisible.
¡No existe la muerte!
Puede que las hojas se caigan,
que las flores se marchiten y mueran.
Durante las horas invernales están a la espera
de la llegada de Mayo.
Y, muy cerca de nosotros, si bien no lo vemos
se mueven los bellos espíritus inmortales,
ya que todo el universo transfinito
es vida; ¡no existe la muerte!
- Atribuido a Bulwer Lytton.
Tomado del libro PUNTOS Y ASPECTOS DE DIOS
de Emmet Fox (Serapis Bey Editores, página 130)