CLAUDE MONET
es el padre del impresionismo,
pero no mucha gente está al tanto
de la pasión que tenía
por los jardines.
En 1883 se instaló con su familia en
la localidad deGIVERNY
EN NORMANDIA FRANCIA
y de ahí en más su amor por
las flores y plantas
se convertiría en su obsesión,
a tal punto de convertir su casa
en un cuadro viviente.

La casa está separada
por una larga avenida,
repleta de las más hermosas
flores del planeta.
Monet lo transformó en un jardín lleno de
asimetrías y perspectivas,
que luego pintaba en sus cuadros.
El pintor-jardinero perseguía
con su pincel y su amor
por las flores la perfección
de las luces y los colores,
lo que lo llevó a cabo tanto en sus lienzos
como en la vida misma,
convirtiendo esta antigua casa en un
paraíso terrenal.
A tal punto llegaba esta obsesión,
que 10 años después de haberse mudado allí
compró un terreno lindante con la casa.
El prefecto de la ciudad le permitió
utilizar agua del