Amor surreal
Que sentimiento tan surrealista es el amor. Primeramente te hace volar por cielos lejanos, viendo cosas que sólo un sueño hermoso puede traer, experimentando uno tras otro de instantes sublimes.
Después, cuando llegas al clímax y crees que ya todo los tienes. Tropiezas y caes a lo más profundo de un pozo del cual jamás habías notado su presencia. Por ciego, crédulo, ignorante, que sé yo. Es ahí, en ese repugnante lugar, donde hecho una piltrafa, la caída te hace despertar, sólo para darte cuenta de lo devastador que resultó el golpe.
Respiras agitado, lloras, gritas. Y finalmente, haces lo que tenias que hacer desde un principio, piensas. Te das cuenta de los golpes que sufriste. Los cuales fueron tan profundos que tardará para que todo vuelva a la normalidad.
Son muchos los momentos en los que la soledad consume tus reflexiones, enfría tus deseos y paraliza tu voluntad. En más de una ocasión te separas del camino correcto para en vano tratar de asfixiar tus recuerdos.
Noches enteras se hacen inmensas y días completos transcurren sin ningún horario. Todo parece lejano, opaco, seco y estéril. ¡Pero espera! En una de las largas conversaciones contigo mismo comienzas a divisar entre la penumbra un pequeño ojo luminoso que parpadea agonizante, ese pequeño ojo será tu salvación.
Es curiosamente el amor. Que ha sobrevivido, con muchos apuros al igual que tú, pero lo hizo. Minuto tras minuto, hora tras hora, momento tras momento irán pasando las cosas necesarias que te darán nuevamente la fuerza, la confianza y la esperanza de algún día volver a contemplar aquellos cielos tan altos que sólo volando se pueden observar.
Porque al final de cuentas, todos los días sale el sol aunque no lo notemos.
¿El amor es surreal?