Los seres de luz nos aconsejan que, en caso de que suframos una experiencia que nos defraude, pronunciemos internamente:
“Te/Os perdono.
Libero esta experiencia a la luz infinita del Universo.
Emprendo mi vuelo de hada.”
A través de estas palabras impresas en el pensamiento y en el ser, conectaremos con nuestra luz interior, con la calidez del amor que, de forma natural, reside en cada uno de nosotros, y, gradualmente, seremos más conscientes de nuestro centro iluminado.
Los seres de luz, especialmente, los ángeles y las hadas, nos susurran que llenemos de nuestra propia luz interior cada situación, independientemente, de como la vivamos o como la percibamos, imaginándonos como seres luminosos capaces de irradiar una luz poderosa que crece y se expande. Sin embargo, si la situación pudiera llegar a alterarnos, además de visualizar como es bañada por nuestra luz, llena de amor, paz y desapego, también trataremos de escuchar para nuestros adentros un sonido que nos guste, será un sonido cuyo eco resuene en nuestro corazón y que le recuerde la alegría de ser y de latir, independientemente de todo lo demás.
Para finalizar, los ángeles y las hadas, nos dicen que bastará con cubrirnos de luz sanadora y dejar que la situación siga su curso.
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