Habia un lugar misterioso custodiado
por el hada del lago. Justa y generosa,
todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle.
Y cuando unos seres amenazaron el lago y sus bosques,
muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran
en un peligroso viaje a través de ríos,
pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal,
la única salvación posible para todos.
El hada advirtió de los peligros y dificultades,
de lo difícil que sería aguantar todo el viaje,
pero ninguno se asustó.
Todos prometieron acompañarla hasta donde
hiciera falta,
y aquel mismo día, el hada y sus 50 más
leales amigos
comenzaron el viaje.
El camino fue aún más terrible y duro
que lo había anunciado el hada.
Se enfrentaron a bestias terribles,
caminaron día y noche y vagaron perdidos
por el desierto sufriendo el hambre y la sed.
Ante tantas adversidades muchos se desanimaron
y terminaron por abandonar el viaje a medio camino,
hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra.
No era el más valiente, ni el mejor luchador,
ni siquiera el más listo o divertido,
pero continuó junto al hada hasta el final.
Cuando ésta le preguntaba que por qué no
abandonaba como los demás,
Sombra respondía siempre lo mismo
" dije que te acompañaría a pesar de las
dificultades,
y eso es lo que hago.
No voy a dar media vuelta sólo porque
haya sido verdad que iba a ser duro".
Gracias a su leal Sombra pudo el hada
por fin encontrar la Piedra de Cristal,
pero el Guardián de la piedra no estaba dispuesto
a entregársela.
Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad,
se ofreció a cambio de la piedra quedándose
al servicio del Guardián por el resto de sus días...
La poderosa magia de la Piedra de Cristal
permitió al hada regresar al lago y expulsar
a esos seres ,
pero cada noche extrañaba la ausencia
de su fiel Sombra,
pues de aquel firme y generoso compromiso
surgió un amor más fuerte que ningún otro.
Y en su recuerdo, queriendo mostrar
a todos el valor de la lealtad y el compromiso,
regaló a cada ser de la tierra
su propia sombra durante el día; pero
al llegar la noche,
todas las sombras acuden el lago,
donde acompañan al hada.