-Audroc-
Cuando
yo me muera, no pienses en nada,
di, que fui una sombra loca y
pasajera,
que en su mente extraña de visiones negras
quiso a los
inviernos llamar primaveras.
Di, que era un demente que alcanzar quería,
la
rotante curva de la azul esfera.
Di, que fui el fantasma de una
melodía
que pasó sin eco por sobre la
tierra.
Di, que no entendía de lazos y trabas,
que lo
que quería tan solo mío era...
Di, que en una noche de nubes cargadas,
me sentí
tan débil que no tuve fuerzas.
Me sentí tan sólo, sin luna ni
estrellas,
que con tu recuerdo me elevé en
tristezas...
Di, que estás segura que mi boca en cita,
tu
nombre tan solo feliz murmuraba
y al quedar sellados decir
parecían
las últimas letras de tu nombre:
Amada.
Di, que era un extraño, tan solo un suspiro,
y
que aquí en la tierra por demás estaba,
que era un delirante, fugaz
peregrino,
viviendo en un sueño de cosas
extrañas.
Di, que estas segura de que yo te Amaba.
Y
después...no pienses, no pienses en nada,
porque desde arriba seguiré
tus pasos
aunque por seguirte... perdiera mi
alma.