1. El dormitorio es para amar.
Y para hablar asuntos íntimos gratos y constructivos.
Y también para dormir en paz.
2. La habitación más cálida de su domicilio debe ser el dormitorio.
No la deje enfriar. Haga de ella un sitio amable.
3. La única guerra que se admite en el dormitorio,
según Casanova, es la "lucha cuerpo a cuerpo",
cuando se hace el amor.
4. Si se presenta una desavenencia,
la práctica de una escucha activa es la única solución.
5. El dormitorio es el corazón y el cerebro de la pareja.
6. El dormitorio no debe ser la sala de televisión
ni el centro social de la familia.
7. Convenga con su pareja que en caso de algún disgusto,
sea cual fuere,
ninguno de los dos pasará la noche fuera del dormitorio,
así como
tampoco se entregarán al sueño
sin antes regalarse con un cálido beso y
un "hasta mañana".
8. Enséñeles a sus hijos (desde muy pequeños)
y a todo el que circule
por la casa,
que cuando la puerta del dormitorio está cerrada,
no admite
interrupción.
9. Enséñeles a sus hijos, y a todo el que circule por la casa,
que si la
puerta del dormitorio está abierta,
existe la posibilidad de una
ocasional y grata conversación.
10. En resumen, como santuario del amor que es,
el dormitorio conyugal
debe mantenerse
con la pulcritud y el encanto que todo templo se merece.
Y no olviden que...
Cuando los hijos y familiares, y hasta las amistades,
se tornan en
invasores del sagrado espacio,
fácilmente "el nido" se puede convertir
en
epicentro de discusiones y disgustos,
de tal manera que la otrora
lúdica recámara nupcial
habrá de convertirse en un sitio de tormento
donde cada encuentro significa un alejamiento emocional.
En estas
condiciones,
pueden sobrevenir fracasos en las relaciones íntimas.
Siempre con Amor
Todo esta en Orden Divino!
Milagros
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