Glorifica alma mía
La majestad de Dios
Padre de la bondad y de la gran poesía
Con ritmo prodigioso
Mi juventud resuena
Y forja mi canción sobre yunque de roble
En mi alma resuena la Gloria del señor
Creador de lo bondadoso de la visión nagélica
Apuro hasta los bordes cáliz de rojo vino
En la mesa celeste... Tú servidor orante
Gracias te rinde. Padre mi juventud bendita;
Tus manos la formaron del corazón de un tilo
Gloria a ti Omnipotente
Escultor prodigioso
Mí camino está lleno de abedules
De encinas
Heme aquí: Trigal tierno, soy era bajo el sol
Heme aquí: Joven roca sobre el Tatra inclinada
Bendigo tus trigales por este y por oeste
esparce a manos llenas la semilla en tu tierra
Que se colmen de trigo los campos y ciudades
Y sean nustros días abierta sementera.
Karol Wojtyla.
Bendito Juan Pablo II
Peregrino de la paz
Mensajero de la vida
Junto a ti Vino el señor
Desde las montañas
A sembrar esperanza y amor
Se han esparcido de tus manos
Las semillas
Donde el roble
Florecerá prodigioso
Entre cantos jubilosos
Al Omnipotente
Padre celestial.
Resuena la gloria del señor
Junto a tu nombre
Amado Papa Peregrino
Eres cáliz en rojo vino...
Un fuerte abrazo con las alas del alma
Mi salud un poco quebrantada. Pero mi corazón, lleno de alegría.
Que Dios les bendiga.
Patricia Cuevas H.
Mayo - 2 - 2011