Si
te levantas por la mañana tan agotado como cuando te acostaste la noche
anterior, intenta recordar en qué estabas pensando los últimos cinco
minutos antes de dormirte. Lo que pienses durante esos cinco minutos, va
a impactar tu dormir y esto determinará cómo será el próximo día.
Cuando
duermes, tu percepción consciente descansa, pero tu mente inconsciente
permanece activa. Los sicólogos se refieren al subconsciente como el
"subdirector auxiliar de la vida." Cuando la mente consciente está
"fuera de acción", la subconsciente asume el control. El subconsciente
cumple con las órdenes que recibe, aún cuando no estés al tanto de ello.
Por
ejemplo, si los últimos minutos antes de dormir los inviertes
preocupándote, el subconsciente graba este sentir, lo cataloga como
temor y entonces actúa como si fuera realidad. Como resultado, los
músculos permanecen en tensión, los nervios están de punta y los órganos
del cuerpo se alteran, lo que significa que el cuerpo no está
descansando en realidad.
Sin
embargo, si esos últimos minutos son invertidos en contemplar una gran
idea, un verso inspirador o un pensamiento calmado y alentador, el
sistema nervioso interpretará: "Todo anda bien", y pondrá el cuerpo en
un estado de relajamiento y paz. Esto te ayuda a despertar estimulado,
fortalecido y confiado.
Muchos
de los días que comienzan mal, se deben a la noche anterior, a esos
últimos cinco minutos críticos de pensamientos consciente. Tú puedes
afectar tu mente consciente con ideas saludables y positivas y preparar
así el camino para una noche de verdadero descanso, si meditas en la
Palabra de Dios al retirarte a dormir. Por ejemplo, podrías reflexionar
en:
Salmo 91:1-2 El
que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente.
Diré yo al Señor: Refugio mío, y fortaleza mía, mi Dios, en quien
confío.
Salmo 4:8 En paz me acostaré, y así mismo también dormiré; porque solo tú, Señor, me haces habitar seguro.
¡Felices sueños!
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