Si por vuestra dulce mirada son las
alabanzas,
¿por qué en mirarme sois tan
desdeñosos?
Piadosos, más bonitos parecidos al que os
mira,
pues no me dirigís a tan enfadados,
y
nada de vuestra gracia estará perdido.
¡Ay rabia! ¡Ay
atormento!
Ojos claros, serenos
si me
miráis,
..... me miradas al menos.
Gutierre De
Cetina