No te quiero sino porque te quiero
y de
quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi
corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio
sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte
y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo
cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré
de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y
fuego.