¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta!
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¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fiesta!
"Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y
le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó
el Señor" (1 Samuel 7:12).
"Muchas veces nos olvidamos de que la felicidad no es
alcanzada cuando conseguimos algo que no tenemos, y sí,
cuando reconocemos y apreciamos algo que ya tenemos".
¡Estamos en fiesta! No por qué lo Para Reflexionar podrá si
multiplicar y alcanzar muchos millones aún por la frente.
¡Estamos en fiesta! No a causa de los millares de lares que,
en los próximos años, serán alumbrados por la presencia del
Salvador. ¡Estamos en fiesta! No por los muchos perdidos que
encontrarán el camino de la salvación, de la vida eterna y
de la felicidad...
¡Estamos en fiesta porque hasta aquí el Señor nos ayudó!
Estamos en fiesta porque un simple ciego, dirigido por Dios,
comenzó un trabajo misionero sin si preocupar por el camino
difícil y pedregoso, ni con las dificultades financieras, ni
con su deficiencia visual. Estamos en fiesta porque en los
últimos quince años, este mismo ciego y una verdadera legión
de amigos y compañeros posibilitaron ese ministerio. Estamos
en fiesta porque el Señor fue el Grande General adelante de
un ejército que solo tenía un propósito: llevar la Palabra
de Dios hasta los confins de la tierra.
¡Estamos en fiesta! ¡Quince años de victorias! ¡Quince años
de bendiciones fabulosas! ¡Quince años impartiendo amor!
¡Quince años de sonrisas y gran júbilo! ¡Quince años de pura
felicidad!
¡Estamos en fiesta! Lo Para Reflexionar dejó de ser una
simple distracción de un hombre que se vio privado de la
visión para ser un estandarte donde millones pudieron si
aproximar y recibir su porción de paz, de fe y de esperanza.
¡Estamos en fiesta! Lo Para Reflexionar se volvió una
bendición en los lares, en las escuelas, en las empresas, en
las iglesias, en los seminarios, en los corazones de
aquéllos que aman a Dios y anhelan ser bendiciones en Sus
manos.
¡Estamos en fiesta! Hoy, día 16 de junio de 2011, estamos
completando quince años. La fiesta no es mía, ni de mi hijo
Bruno, ni de una iglesia. La fiesta es de todos nosotros que
hemos caminado juntos por todos esos años.
¡Congratulaciones, Para Reflexionar! ¡Que usted tenga aún
muchos años de vida! ¡Que el mundo sea transformado, que los
caminos oscuros sean alumbrados, qué el nombre del Señor sea
engrandecido! ¡Que usted jamás deje de ser un canal de
alegría y felicidad para todos!
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet |
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