VIVA SU PRESENTE
¿Se ha dado
cuenta usted de la cantidad de veces que ha desperdiciado sus "momentos
presentes" por estar en el pasado o por tener su mente en otro lado, en
otro lugar? Son estos "momentos presentes" los alimentos del alma que
fortalecen nuestro ser y nos ubican en la realidad.
La torpeza
de vivir estancados en el pasado, rumiando nuestros antiguos fracasos,
cultivando nuestros viejos rencores o hundiéndonos en nuestros venenosos
complejos de culpa, nos roba algo grande y maravilloso: VIVIR EL
PRESENTE. Y es en el presente donde está la savia de la vida, la
oportunidad de enriquecernos realmente, de crecer integralmente. Esta
allí la puerta que el Señor nos abre para respirar el aire puro de la
verdad, la belleza, el amor, la felicidad. En esos "momentos presentes",
cuando estamos en contacto con la familia, con los amigos, con el
trabajo honrado, con las tareas nobles, con la naturaleza, con la
presencia de Dios, es cuando podemos vivir plenamente la existencia.
Quedarnos
allá en el pasado, conviviendo con los fantasmas de las desgracias
sucedidas, es desperdiciar la felicidad y es envolvernos en la tiniebla
de lo que ya no está; pero que es trágicamente recreado por nuestra
mente enferma. ¡Y cuánta gente hay así, presa de sus infortunios pasados
enredándose en la telaraña absorbente de sus miserias idas! ¡Cuánta
gente que no se perdonan o que están hiriendo continuamente a otros por
cosas miserables sucedidas, de las que ya no se puede hacer nada para
cambiarlas!
¡Y qué
decir de los que están presos en el futuro; de los eternamente
preocupados; de los siempre temerosos; de los que están fabricando en
sus mentes alteradas acontecimientos atroces, sucesos negativos, cosas
terribles que sucederán!
Esos que
tienen su mirada puesta en el futuro incierto. Los que pierden "momentos
presentes" maravillosos, que podrían darles mucha paz y plenitud,
tranquilizar su ánimo nervioso y hacerlos ver lo hermoso que es vivir.
Esos que están obsesionados con el futuro, que están esperando la
visita, tarde o temprano, del ladrón de la felicidad y de la seguridad;
del monstruo que los tragará. Que están siempre visualizando en la
esquina de la vida, allá cuando menos lo piensen, el ataque, el asalto
feroz de lo trágico, de lo desgraciado, de lo tenebroso. Esos no están
viviendo; están enfermos. Se están consumiendo en la preocupación
obsesiva que mina su salud mental y física. Se están perdiendo el
presente.
Por
esto, a unos y a otros les decimos: ¡Viva su "momento presente"!
Sumérjase con gusto, en la realidad presente: el lado de la vida con sus
rostros de niños inocentes, amigos leales, misiones importantes,
trabajo cotidiano, oración sencilla, soledad, diversión, buen humor,
momentos de tristeza, de dolor, de incertidumbre, de amor. Viva todo
esto. Abra un espacio grande en su corazon, lo más grande posible, para
vivir el presente. Verá que la vida se le hace nueva, joven, siempre
sorpresiva, agradable.
Jesús
nos dice: "Cada día tiene su afán". Y en otro texto le anuncia a
Zaqueo: "Hoy quiero hospedarme en tu casa". Hoy, sí, hoy. Hoy y ahora es
el momento para el encuentro con Él y con la vida. Y no se olvide, con
Cristo Jesús, usted podrá vencer los fantasmas del pasado y los
monstruos del futuro, porque
¡CON ÉL, USTED ES INVENCIBLE !
De la red