
Me gusta observar el agua corriendo.
Me gusta ver los ríos, riachuelos,
lagunas y lagos.
En tanto el agua pueda circular,
se mantiene cristalina y más pura.
Pero si por alguna razón se estanca,
comienza a tomar mal olor.
El agua no se oxigena bien y
comienzan a proliferar las bacterias.
El amor es como el agua.
No puede haber un verdadero
gozo si no se tiene con quien
compartirlo.
No tiene sentido llenarse de
amor si no es para distribuirlo
y para entregarlo.
Del mismo modo, no tiene
sentido llenarse de conocimientos
y de nuevas experiencias si no
son para transmitirlas a quienes
las necesiten o estén dispuestos
a aprender.
Recuerden que
al no dejar fluir nos convertimos
en aguas estancadas.
Para manifestar aprecio hacia
alguien no es necesario esperar
que sea fin de año, Navidad
o su cumpleaños.
El momento es ahora mismo.
Y, ¿cómo hacerlo?
Mediante una palabra
de estímulo, una sonrisa,
un elogio sincero, una pequeña
tarjeta con una frase positiva,
una llamada telefónica,
un correo electrónico…
A veces a las personas les
cuesta encontrar quien los ame.
Quieren recibir amor para ser
felices y si no sucede,
se sienten desgraciadas.
En realidad, están ignorando algo
muy simple. El gozo y la
felicidad llegan cuando se
tiene a quien amar, no cuando
alguien le ama. Como el proceso
se da al mismo tiempo, amo y
me aman, parece que se depende
del afecto del otro para ser feliz.
Este es un gran “secreto”
Puede costar encontrar quien te ame,
pero hay más de ¡seis mil millones
de personas que necesitan amor!
Están al lado suyo, en su trabajo,
en su escuela, en su vecindario,
en el otro extremo de la línea
telefónica,… ¡están en todas partes!
con amor kris