Te abraza mi silencio
Desnudo, mi silencio te acompaña, sin atavío inútil, en reposo; se abraza a tu perímetro sedoso, cálido efluvio que el espejo empaña,
mas no ofusca la vista, aunque te baña, ola marina, con el mismo acoso flexible, suave, frívolo, espumoso, nueva piel que a la tuya se enmaraña.
Malla de erótico fervor, que apresa tu presencia total, y la atraviesa, clavada como en cera emblandecida.
Te ciñe mi silencio, y yo circundo, como él, porque soy él, tan frágil mundo como éste que eres, junto a mí tendida.
Los Angeles, 1 de marzo de 2011
Original de
Francisco Alvarez Hidalgo
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