Halloween: el año nuevo celta
Halloween es una fiesta pagana, pero de
orígenes católicos.
La palabra es una derivación del
"All Hallows Eve" (víspera del día de Todos los Santos),
una fiesta religiosa que se celebraba el 13 de mayo
hasta que los
papas Gregorio III y Gregorio IV decidieron
trasladarla
al 1 de noviembre.
De esta forma, pasó a coincidir con una antigua
tradición celta: el festival de Samhain,
que celebraba el final
de las cosechas y que se considera el
Año Nuevo celta.
Samhain era un día en el que desaparecía
la frontera entre
los vivos y los muertos.
Los orígenes de esta celebración se remontan
a la Irlanda celta,
en el siglo V a C. Por entonces, el verano
se terminaba
oficialmente el 31 de octubre.
También era el final del año y de las
cosechas y, simbólicamente, era el principio
de una nueva
vida. Aquel fin de año celta se celebraba
adorando a Samhain,
a quien se invocaba para consultarle
sobre el futuro, la salud, la prosperidad
. Se decía que era su única
Los Celtas creían que las leyes del
espacio y de tiempo se detenían esa noche.
Los Romanos adoptaron esta costumbre celta,
y para el año I,
el Samhain formaba parte de las fiestas romanas
que se celebraban
en octubre, como el día de Pomona, la diosa romana
de la fruta
y los árboles. El símbolo de Pomona es una manzana,
y se cree que el origen del juego de la manzana típico
de Halloween procede de ahí.
Los emigrantes irlandeses exportaron su fiesta
de Halloween a
América en 1840, cuando huyeron en masa
del hambre
que asolaba su país.
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