La inclusión de aceite de girasol y microalgas marinas en la dieta de las ovejas ha conseguido que se reduzcan los ácidos grasos saturados presentes en su leche, así como que se potencien otros ácidos beneficiosos para la salud, como el linoleico conjugado. El estudio se ha realizado en el Instituto de Ganadería de Montaña (IGM) de León a partir de la tesis doctoral de Pablo Gutiérrez Toral, doctor por la Universidad de León.
Además de disminuir la cantidad de ácidos grasos saturados y de aumentar la del linoleico conjugado -este último potencialmente positivo para prevenir la obesidad y el cáncer-, el uso de lípidos marinos en la dieta de las ovejas ha permitido reducir la relación de los ácidos grasos omega-6 y omega-3 de la grasa de la leche, algo de gran importancia para aminorar el riesgo de sufrir patologías crónicas de gran prevalencia como determinados tipos de cáncer, así como enfermedades de tipo inflamatorio, autoinmunes y cardiacas, explica Gutiérrez Toral.
Información de la revista CONSUMER.
Saludos de Mercedera