EN LAS MANOS DE JESUS HAY SEGURIDAD.
Hay providencias. Hay majestad. Las manos de Jesús eran humanas. Por algún tiempo fueron manos infantiles.
Los Ángeles del Reino de la Gloria recomendaron a los pastores que se apresuraran en su camino a Belén para ver esas manitas.
Las manos de Jesús son manos generosas, generosas al prodigar tierno cuidado. Sus manos fueron puestas sobre los pequeñitos para bendecirlos. Sus manos son generosas con el don de SANIDAD. Donde quiera que estuviera, le llevaban a los que estaban enfermos. SU TOQUE AUN CONSERVA SU ANTIGUO PODER.
Sus manos eran generosas. Las manos de Jesús son manos salvadoras. Sus manos pueden salvarnos son seguras. Sus manos heridas interceden ante el trono de la gracia por todos aquéllos que invocan el nombre de Jesús.
Sus manos son poderosas para sostener con seguridad por el tiempo y la eternidad a todos aquellos que se han rendido a EL.
Manos Sanadoras, Manos consoladoras, (Lucas 24:40), tomado del Libro
Manantiales en el desierto.
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