Hay personas que saben tanto, que se han vuelto tan cultas, que comienzan a considerarse a ellos mismos personas justas. Las personas justas de verdad son más parecidas a niños pequeños, sin embargo, en la pureza y la inocencia de sus corazones. No debemos permitir que lo que sabemos cambie quienes somos. Debemos ejercer restricción y control para que nuestros corazones estén limpios. Algunos hacen más, algunos hacen menos, lo que más importa es el corazón. |