En un lugar lejano está mamá, luchando por nosotras, soportando la distancia y nuestra ausencia, viviendo cada día de la mano de la paciencia, esperando muy pronto poder regresar.
En un lugar lejano está, pero no tan lejano que no le lleguen nuestros besos, no tan distante que haga que nuestras caricias se cansen, no tan apartado que no escuche nuestro corazón.
En un lugar lejano está mamá, y cuando digo lejano me refiero al cuerpo solamente, porque vive en nuestro corazón y nuestra mente, acariciándonos con su recuerdo, abrazándonos con la esperanza de su pronto regreso.
En un lugar lejano está, allí es amiga del trabajo, vecina quizá de la soledad, visitada a veces por desvelos, y enviándonos sus ganas de con nosotras estar.
En un lugar lejano está mamá, y pensándolo mejor, no está tan lejano, porque cuando aparece la noche y de sueño se visten nuestros ojos siento como se acerca poco a poco hasta nuestras mejillas besar.
En un lugar lejano está, pero no tan lejano como para que la dejemos de pensar, no tan distante para que la olvidemos, y aún así fuera un lugar muy lejano no sería suficiente para que la dejáramos de amar.
D/A
|