Es una emoción muy grande para mí porque he podido cumplir mi sueño:
plasmar en esta bella y amada casita un rinconcito que atesore todas
nuestras expectativas... Hemos pasado por muchos momentos felices, pero,
también de los otros: instantes que me hicieron dudar de seguir, creer que
estaba equivocada... pero ya no deseo acordarme de todo eso... Prefiero
recordar todos los momentos gratos, emotivos, todos aquellos que nos
permiten soñar...
Mis sueños... tus sueños... La nostalgia, en mis sueños, se convierte en un sendero iluminado por el rayito de sol de la esperanza... Mis sueños se han convertido en realidad: fueron primero vagos pensamientos, luego crecieron y mi mente se enamoró de ellos... Hasta que llegaron a transformarse en sueños... sueños que ahora disfruto como una maravillosa realidad. Este sentimiento real se trasladó a mi alma, deseosa hace mucho de encontrar su norte, de convertirse en esencia innata de la felicidad, en un pájaro que vuela hacia el cielo de las ilusiones creídas perdidas y vueltas a atrapar... En una flor que perdió su fragancia con el viento azotándola fuertemente y, al arribar el sereno día, vuelve a atraernos con su delicioso perfume... Somos dueños de nuestros sueños: ¡no los rechacemos! Dejémoslos actuar en nuestro corazón y veremos que no se perderán, que latirán allí cada día, aunque creamos que ya no existen... no es así: allí estarán siempre esperándonos, viendo transcurrir nuestro tiempo, y en la medida que los nutramos en nuestros pensamientos, ellos surgirán reales, prontos a convertirse en parte de nuestra propia vida, en parte de nuestro propio ser... No temas soñar… es un delicioso momento que nos debemos… ¡Ven a soñar conmigo! El mundo gira alrededor de nuestros sueños…