De crema o leche: los de crema deben llevar al menos un 8% de grasa de origen lácteo y los deleche al menos el 2,5%. Son los más sabrosos, pero también los más calóricos.
Los helados de leche o crema (los más interesantes desde el punto de vista nutricional), aportan entre 100 y 300 calorías, lo que supone un 15 o un 20% de las calorías totales diarias que necesita nuestro hijo y más o menos las mismas que aporta la merienda.
Debido a su aporte calórico, más que un postre, el helado puede ser una parte de la comida o la cena, una merienda completa o un tentempié contundente, si el pequeño no tiene problemas de sobrepeso. El postre de preferencia tanto en adultos como en niños es la fruta, pero podemos consumir helado de forma ocasional como postre, cuando la comida ha sido principalmente vegetal. No todos los dias.
Los helados son fuente de calcio: las cantidades de este mineral que proporcionan son similares a las de la misma cantidad de leche, alimento fundamental en la dieta de niños y mujeres embarazadas. Además, tienen la ventaja de que a los peques les encantan, son una buena opción para los niños a los que no les gusta la leche.
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Contienen proteínas de buena calidad: también gracias a la leche aportan proteínas de alto valor biológico.
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Además, proporcionan vitamina B2 y fósforo, entre otros micronutrientes buenos para la salud.
Una cosa son los helados con base de yogur y otra los yogures helados. Si se trata de yogur helado e incluye los microorganismos beneficiosos de este producto, es un alimento muy interesante y muy nutritivo (siempre que respetemos la fecha de consumo preferente y que la conservación sea adecuada). En cambio, los helados a base de yogur o con sabor a yogur no aportan más beneficios que un helado normal y corriente. De todas formas, el yogur helado no tiene los mismos valores nutricionales que el yogur normal, ya que contiene más azúcares y grasas saturadas. Según un estudio realizado por la OCU, el valor nutritivo del yogur helado o "frozen yogurt" varía según la elaboración: cuando el consumo es inmediato (el que se vende en tiendas especializadas), el producto es más parecido a un yogur normal que los yogures helados congelados que se venden en supermercados.
Normalmente tendemos a calentarlos en la boca unos segundos antes de tragar, por lo tanto no suelen irritar la garganta. Sin embargo, siempre podemos recordar a los niños que dejen que el helado se derrita en la boca o decirles que se lo coman a lametones en vez de con cucharilla, para que les llegue menos frío a la garganta.
Procuren comprarlos bajos en grasas.
Fuente de la revista< SER PADRES.
Saludos de Mercedera