Te agradecemos, que los malos momentos,
te los lleves a lo más profundo del mar,
para no volver jamás,
ese terrible sufrimiento de las penas.
A veces te reclamamos de lo que escondiste,
necesitamos tenerlo para encontrar la paz interna,
de esas cosas positivas que vivimos,
para sentirnos más rejuvenecidos.
Sueles dejarnos en la oscuridad,
tan desvalidos en un pozo y atados a ti.
Nos castigas sin piedad alguna,
pero hay algo que no nos puedes robar,
la esperanza que está detrás de un muro,
muy bien protegido, tan inmenso e infinito,
como el cielo que existe sobre nuestras cabezas,
totalmente prohibidas para ti.
Que el olvido no les moleste.
Autora: Mercedera.