Las ensaladas, las frutas, los yogures desnatados o los quesos frescos son alimentos ligeros por su propia naturaleza. Si el objetivo del plan de alimentación es cuidarse y vigilar las calorías de lo que se cena, estos alimentos deberían formar parte de una cena frugal, ligera, pero no deberían contemplarse como norma ni como plato único para conformar esta importante comida del día. Para muchas personas, cenar tan ligero no es necesario ni saludable.
En un artículo publicado en Eroski Consumer se propone que "cenar liviano no ha de confundirse con comer poco", ya que al quedarse con hambre es más fácil caer en la tentación de "picotear" después de cenar mientras se ve la tele. El problema de una cena demasiado escasa es que al poco de haber terminado, o en mitad de la noche, puede despertarse el apetito y sentir la necesidad de abrir el frigorífico o la despensa y comer "cualquier cosa" para calmar el hambre y "los ruidos del estómago" que despiertan o impiden dormir. Este desorden alimentario provoca justo lo contrario a lo que se pretende al cenar poco: altera el ritmo digestivo, interfiere con el proceso del sueño y se ingieren más calorías que si se hubiera previsto una cena en condiciones.
Para evitar este tipo de situaciones indeseables, el plan es prepararse cenas ligeras pero suficientes en cantidad y con una buena combinación nutricional como para favorecer la digestión y conducir a un sueño profundo y reparador.
- Las ensaladas mixtas que, además de vegetales, incluyen algún cereal como fuente de carbohidratos y algo de proteína (pollo, pescado desmenuzado, tofu, seitan, queso fresco...) pueden ser una buena alternativa: ensalada de pasta fresca y langostinos, con tofu ahumado, de arroz y pescado, etc.
- Si apetece algo más templado, está la posibilidad de preparar ensaladas templadas o platos de verduras más completos como el de menestra con puré de patata , revuelta con huevo y jamón o como acompañamiento de un pescado o de un cereal.
Levantarse con dolor de cabeza o con falta de energía pese a haber dormido horas, puede responder a una situación de hipoglucemia, consecuencia de una cena demasiado ligera en la que escasean los hidratos de carbono o ni siquiera están presentes.
Articulo de Consumer.es