Mamá
Te fuiste de mi lado.
En silencio fue tu partida.
Mi corazón se ha desangrado
por tan súbita despedida.
Tu espíritu luchador
a la vida se aferraba.
Más Dios, desesperado,
en ángel te ha convertido.
Velando por nosotros estás.
Aguardando que se cumpla la cita
de reunirnos en la eternidad.
Sin embargo, me parece tan lejos
.
Te busco, te llamo. No te encuentro.
Dime
¿Cómo me he de consolar?
Tu amor incalculable
mis faltas por alto pasó.
Porque el querer de una madre,
ése, no tiene comparación.
Sé que en el cielo habitas.
Al lado de Dios has de estar.
Aguardaré paciente el día
en que nos volvamos a encontrar.
Entonces será para siempre.
Nada ni nadie nos podrá separar.
No temeré cuando llegue mi momento
pues tu presencia me confortará.
Me esforzaré por ganar el cielo
para no perderte nunca más.
...Y para quien tiene la dicha de tenerla aún a su lado:
¡vive este día con gran alegría disfrutando de
su bella compañía!
Ella es la única persona que siempre está, de forma
incondicional. Si la rechazas te perdona, si te equivocas,
te acoge, si los demás no pueden contigo, te abre una
puerta...
...Si estás feliz, celebra contigo, si estás triste
no sonríe hasta que te haga reír...
¡Su fuerza y su amor te guiarán siempre y te
darán alas para volar!