La organización, con sede en Madrid, ayuda a la gente a encontrar trabajo. “El Centro de Solidaridad es pura gracia de asombro y sorpresa constante”, dice Pilar, su fundadora y directora. En tiempos complicados, donde la desocupación es una dura realidad, esta valiente mujer dedica sus días junto a su marido -ambos jubilados- a hacer lo mismo que viene haciendo años, desde que dejó su trabajo para brindar ayuda. Como una vocación, la mujer decidió dedicar su tiempo a los más necesitados, y su aporte es pagado en sonrisas y agradecimientos eternos.
Tras el derrumbe de las subvenciones públicas, el Centro de Solidaridad se convirtió en un espacio vital que dio trabajo a al menos 4000 personas. Por eso fue declarado de Utilidad Pública. Sin embargo, hasta los que ayudan necesitan ayuda, sobre todo económica. “Si no obtenemos fondos pronto será imposible continuar con esta actividad social”, advierte la señora que ha atendido a más de 13.000 personas, brindando formación y empleo.
Saludos cordiales de Mercedera.
By Ga_6 |