El Puente hacia nuestro corazón
Cuando uno ve esos puentes que unen en forma maravillosa ciudades, pueblos, aldeas... ¡cómo admira esa magnífica obra que nos permite llegar, sin problemas, a nuestro destino!
¿Por qué será que cuando queremos llegar a nuestro corazón, hacerle entender todo lo que nuestra razón comprende, todo lo que tan inteligentemente razonamos, no encontramos un puente como uno de esos tan hermosos que tantas veces admiramos porque nos lleva, nos guía, nos hace fácil el camino hacia nuestra meta?
¿Será que la tristeza que nos embarga, que nuestro sentimiento, que es tan fuerte, no permiten abrir el sendero apropiado para construír ese puente que lleve a nuestros pensamientos y sentimientos hasta un rinconcito de nuestro querido corazón?
Ese corazoncito tan herido y con deseos de ayudarnos a comprender que no siempre las cosas ocurren como nosotros deseamos.
¿Por qué la gente cambia, nosotros cambiamos, nuestros hijos cambian...? ¿Por qué nos cuesta tanto aceptarlo, por qué damos trascendencia a palabras, hechos, muchas veces, intrascendentes, en lugar de disfrutar todo lo que Dios nos da? ¿Por qué somos tan desagradecidos con Él?
¡Debemos tender ese puente que nos lleve hacia nuestro corazón!
¡Debemos, mientras lo cruzamos, RENACER, RENACER, RENACER..., gozar con esa nueva vida que se nos presenta...!
Y si podemos cruzarlo y RENACER, nuestro corazón dichoso, abrirá su puerta a este nuevo ser, que ya no vivirá en el pasado, que mirará el presente con esperanzas renovadas...
¡Ojalá todos podamos hacerlo: construír ese maravilloso puente que deje atrás lo ya vivido y nos deje asomar al mundo nuevo, que nos espera y que merecemos conocer!
Graciela Briglia (Graci)