Relación con la obesidad[editar]
Diversos estudios han demostrado que la microbiota gobierna factores en el endotelio del intestino que controlan el balance de energía. Este equilibrio está regulado por la liberación de péptido YY que es una de las hormonas que provocan la sensación de saciedad después de cada comida. Además de péptido YY, a través de la flora intestinal los enterocitos producen un factor Fiaf que inhibe la lipoproteinlipasa, (enzima encargada de hacer lipólisis) lo que ayuda a almacenar todos los carbohidratos y convertirlos en ácidos grasos.5 Por lo tanto, si el equilibrio en la microbiota intestinal es alterado, provoca un descontrol en el balance de energía que a su vez genera trastornos en la secreción de las distintas hormonas que pueden provocar obesidad. Estudios en ratones han demostrado que un trasplante de microbiota intestinal podría ser un buen tratamiento para la obesidad.6
FUNCIONES PRINCIPALES
Las principales funciones de la flora o microbiota intestinal son:
• Nutritiva y metabólica: ayudan a la digestión, absorción y síntesis de muchos nutrientes.
• Protectora: crean una barrera que impide el desarrollo de otros tipos de bacterias que podrían producir infecciones e inhiben el desarrollo de algunos virus.
• Inmunomoduladora: tiene un papel esencial en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario o de defensas del organismo.
¿CÓMO SE RESTABLECE EL EQUILIBRIO INTESTINAL?
El desequilibrio intestinal no es para siempre sino que puede recuperarse de dos maneras distintas:
• Aportando microorganismos externos con propiedades beneficiosas: PROBIÓTICOS.
• Aportando sustancias no digeribles que la microbiota del organismo pueda aprovechar para su propio desarrollo: PREBIÓTICOS
Los PROBIÓTICOS son microorganismos vivos, que al ser ingeridos en cantidad adecuada, ejercen un efecto beneficioso y saludable en el organismo. Se pueden encontrar de distintas maneras:
• Formando parte de la composición de alimentos: un ejemplo es el yogur que es leche fermentada con bacterias productoras de ácido láctico (BAL), ejem: Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus o acidophilus.
El género Bifidobacterium no produce la fermentación de alimentos, por lo que no se le agrupa entre las BAL, pero se considera Probiótico muy eficaz. En conclusión, muchos Probióticos son BAL, pero no todos tienen que ser BAL. Los Probióticos están destinados a ayudar a la microbiota intestinal que se aloja en el organismo naturalmente. Se han utilizado con éxito algunos preparados de Probióticos para evitar la diarrea provocada por antibióticos.
• Favorecen el crecimiento de las Bífidobacterias en el colon (flora benéfica) e inhiben el de las bacterias potencialmente patógenas
• Estimulan la función inmunológica y la síntesis de ciertas vitaminas.
• Contribuyen a reducir trastornos digestivos como el exceso de gases, al equilibrar la flora intestinal y limitar el crecimiento de bacterias que los generan.
• Mejoran el tránsito intestinal, lo que resulta beneficioso en caso de estreñimiento.
• Reducen el riesgo de sufrir cáncer de colon por medio de diferentes mecanismos.
Por un lado, la fibra arrastra sustancias cancerígenas que se pueden hallar en la alimentación y reduce el tiempo de contacto de las mismas con la mucosa intestinal. Al mismo tiempo, la fermentación de los FOS a cargo de las microbiota produce un medio ácido en el colon que inhibe la formación de metabolitos asociados al crecimiento de células tumorales.
El consumo de FOS se asocia a un mejor aprovechamiento por parte de nuestro organismo de diversos minerales como el calcio y el magnesio, componentes fundamentales para huesos y dientes.
Saludos cordiales de Mercedera.