El Doctor japonés Shigeaki Hinohara tiene 103 años y nos revela sus secretos personales para tener una vida larga y feliz. Este hombre es un legendario médico japonés conocido por ser uno de los educadores y doctores con más años de experiencia, pues desde 1941 se ha dedicado a tratar pacientes en el Hospital Internacional llamado St. Luke's, en Tokio.
Desde que cumplió 75 años, este reconocido profesional ha publicado 15 libros, incluyendo uno llamado “Viviendo mucho, viviendo bien”, que ha vendido más de 1.2 millones de copias en todo el mundo. Como fundador del Nuevo Movimiento de La Tercera Edad, Hinohara alienta a todas las personas a vivir vidas largas y felices, algo en lo que él parece ser experto.
La energía proviene de la sensación de bienestar. No de la buena alimentación o el descanso: ¿Te acuerdas que cuando éramos pequeños se nos olvidaba comer o dormir por estar jugando? Creo que siendo adultos podemos mantener la misma actitud. Es mejor no saturar al cuerpo con demasiadas reglas y horarios.
Ninguno de ellos tiene sobrepeso. Para el desayuno bebo una taza de café, un vaso de leche y jugo de naranja con una cucharada de aceite de oliva, ya que este producto es excelente para la salud de las arterias y la piel. En el almuerzo tomo un vaso de leche con algunas galletitas, o nada si no tengo tiempo para comer. Nunca tengo hambre porque me concentro en el trabajo. La cena consta de vegetales, un poco de pescado o arroz y, dos veces por semana, 100 gr de carne magra.
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Si comienzas a jugar con niño con dolor de muelas, se olvidará enseguida de su dolor, por ello es muy importante que en los hospitales hagan terapias de diversión, música y animales, asi como talleres de arte.
Cada persona es única, y las enfermedades están conectadas a sus corazones. Para conocer la enfermedad y ayudar a las personas, necesitamos artes liberales y visuales, no solo medicinales.
Vivir muchos años es maravilloso: hasta los 60 años, es fácil trabajar para nuestra familia y alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, en los años posteriores, deberíamos proponernos el objetivo de contribuir a la sociedad. Desde que tengo 65 años he servido como voluntario, y esta edad, aun dedico 18 horas, siete días a la semana a esa tarea y disfruto cada minuto.
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Saludos cordiales de Mercedera.