Ingredientes
2 paquetes de galletas María,
200 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200 g de azúcar glasé
2 yemas de huevo a temperatura ambiente (pueden usarse pasteurizadas, puesto que van crudas)
250 ml de leche
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
1 vaina de vainilla o 1 cucharada de azúcar vainillado.
Preparación
Calentar la leche a fuego suave con media vaina de vainilla abierta. Dejar infusionar, colar y dejar enfriar. O simplemente mezclar bien la leche fría con el azúcar vainillado. Disponer la mantequilla troceada, a temperatura ambiente, en un recipiente mediano. Batir con una batidora de varillas hasta dejar una textura cremosa y suave.
Añadir poco a poco el azúcar glasé, sin dejar de batir, removiendo de vez en cuando con una lengüeta para conseguir una textura uniforme. Agregar las dos yemas de huevo y la esencia de vainilla, y batir un poco más a velocidad baja hasta tener una consistencia cremosa, homogénea y sin grumos.
Mojar una galleta María en la leche enfriada, escurrir y disponer en el centro de una fuente, bandeja o donde vayamos a servir la tarta. Repetir con 6 galletas más para distribuirlas a su alrededor, formando una base de flor de galletas. No tienen que estar muy empapadas. Untar ligeramente cada galleta con la crema, repartiéndola uniformemente.
Repetir la operación hasta tener unos 5 pisos de galletas y crema. Terminar cubriendo de forma homogénea toda la superficie y los laterales, intentando dejarla lisa con ayuda de una espátula de repostería. Triturar unas cuantas galletas María y repartir por la parte superior. Dejar enfriar en la nevera como mínimo 1 hora, mejor dos o tres.
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