La muerte de Manolo y Flaquita, conmovió a millones de personas como yo. Ellos son los dos leones del Zoo Metropolitano de Santiago, que fueron sacrificados para salvar a un joven suicida que ingresó a sus jaulas. Este trágico hecho, también volvió a abrir un viejo debate: el papel de los zoológicos.
A pesar de su supuesta preocupación hacia los animales, los zoológicos son más bien “cárceles” de animales interesantes, no son refugios ni hogares. Incluso bajo las mejores condiciones es imposible duplicar, o acercarse a crear algo similar al verdadero hábitat en que éstos viven.
A los animales se les impide realizar la mayoría de los comportamientos que para ellos son innatos y vitales como correr, volar, escalar o acompañarse de otros compañeros de especie.
Los zoológicos sólo enseñan al público que es aceptable interferir y mantener en cautiverio a los animales, a pesar de su aburrimiento, hacinamiento, soledad y privación de las más elementales maneras naturales de su especie.
Lamento mucho que un joven esté tan enfermo como para arrojarse a los leones, pero más lamento que sigan existiendo lugares donde seres inocentes son encarcelados para diversión de otros, y encima sean asesinados por “protocolo”. Los zoológicos no contribuyen a la salud de ninguna especie. No Más Zoos!
Virginia Mackenna, activista de Born Free (“Nacido libre”): "los animales salvajes pertenecen a la naturaleza, no deben estar encarcelados en zoológicos... La libertad es un concepto precioso, y los animales salvajes sufren física y mentalmente por la falta de libertad que el cautiverio les impone."
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