En el idioma español, la eñe es muy importante.
Tan importante que sin ella no se puede soñar.
Sin la eñe no hay daño que no sea dañino.
Si nos falta el empeño de dar cariño, mal estaríamos.
A los niños no hay que reñirlos por hacer cabañas.
Los buñuelos hechos de piña y vino añejo, son una delicia.
Si no existiría el antaño, tampoco habría moño que amañar.
Así como la araña que no es dueña de nadie.
Acompaña al albañil para que no le ataquen las alimañas.
El que desempeña un buen oficio no se empequeñece.
En otoño es la señal de que el cañizo no tiene leña.
La hazaña más grande es subir una montaña con cigüeñas.
Una pedigüeña que tiene un retoño es también una señora.
Que no falte la EÑE en la computadora, ya que sería de tacaño.
Por ello no hay que eliminar la EÑE en el español.
Ni tampoco los baños que duran años si no los rasguñas.
Autora: Mercedera.