Aveces, me involucro tanto con las preparaciones para un día o evento especial, que me pierdo del gozo de la anticipación. Puedo estar tan ocupado atendiendo los detalles o tan deseoso de que llegue el día, que no estoy completamente consciente del gozo expectante que llena mi corazón.
Hoy tomo unos instantes para pensar en aquello que anticipo y por qué es importante para mí. Tal vez me prepare para recibir invitados en mi casa o para visitar a mis seres queridos. Quizás me estoy alistando para celebrar el logro de una meta o para pasar un rato de diversión con familiares y amigos. El momento llegará. La anticipación consciente me mantiene presente en el gozo que viene en camino.