He leído un buen artículo acerca de los alrededores de la muerte, de las dificultades para atender la demanda de aquellos que sufren el momento, el largo momento de la separación y supongo que por asociación se me antojaba comentar este otro texto.
Me gusta este enfoque porque busca conclusiones no en el campo de lo utópico abstracto, sino , como búsqueda de instaurar relaciones con el mundo. E.d., en abstracto todo es muy bonito, todos lo somos también. Sin embargo se trata de concretarlo, de entender el ser humano en concreto, cómo lo vive, cuáles son
sus maneras de afrontarlo, sus recursos.
También porque huye de sacar conclusiones en base a una investigación bibliográfica, en que se alardea de erudición y se engrandece la misma a base de argumentos de autoridad, nombres relevantes, teorías más o menos populares o de minorías, sino que utiliza fuentes más directas como las consultas con los interesados y algo tan poco “científico” pero tan cercano a la realidad coo discusiones con compañeros y amigos.
Y porque nos inicia con un texto, para mí lógico, normal, pero que a muchos escandalizaría. Nos muestra un santo, un San Agustín que reconoce su focalización hacia los aspectos negativos y que se reconoce como ser con capacidad de odiar (Claro, eso no es tan definitivo, tan determinante, no si no dejamos que se traduzca en conductas odiosas, no sin el reconocimiento del sentimiento nos sirve para afrontarlo,
Analizarlo, estudiarlo para poder ya no combatirlo, sino deshacerlo.
El problema que estudian y me interesa es el de la muerte. Qué es? = separarse, romper el vínculo con la vida y la vida somos todos nosotros, que No morimos.
De manera que se estudia la separación de unos de otros.
Es cierto que esas separaciones han sido la leña y la hoguera a cuyo derredor cientos y miles de obras y escritores literarios se han calentado.
Sin embargo no existen, al parecer, demasiados estudios a fondo sobre el tema a pesar de representar uno de los momentos más intensos.
Morirse es serpararse definitivamente y procura uno de los mayores dolores a que nos somete la vida. Sin embargo no se estudia a fondo, parece que las religiones y distintas escuelas filosóficas nos dan las respuestas más acores a nuestras necesidades para que sirvan de escudo cuando el peligro amenaza.
Sin embargo, la respuesta debería cuestionarse, pues no puede valer una misma respuesta para todos puesto que vidas y separaciones son vivencias de cada uno.
Suele recurirse como paradigma a la separación de padres-hijos, sin embargo presenta la desventaja de que en estra separación por demás dura y cruel, no pueden estudiarse mecanismos de defensa que tanto papel juegan en los adultos.
Se trata de poner bajo el p. de mira la separación forzosa entre adultos.
Y forzosa porque , aunque aparentemente exista “común” acuerdo en la misma, se duda de que sea escogida libremente, sino que se elige la separación más por una compulsión, un ceder a las presiones diversas (externas e internas)
Dice: ....La separación aorosa conduce a la pareja a una catástrofe única que tiene ya algo que ver con la “muerte”....
Estudiar la separación amorosa significa estudiar la presencia de la muerte en nuestra vida.
Qué sucede con las fuerzas defensivas en la separación forzosa y ”súbita” de los amantes realizada mediante el esfuerzo de voluntad por razones objetivas en el momento cumbre.
El extrañamiento lentro tras el distanciamiento mutuo es un largo y penoso proceso, como una enfermedad crónica en la que , tras una fricción contínua y mutua, que encuentra en el divorcio su término social.
Sin embarbo en nuestro caso es más un proceso abortivo en el que el verdadero alejamiento recíproco y olvido ligado tiene lugar apenas después de desesperada separación
Es curioso que la nterpretación psicoanalítica de la separación es muy confomrista porque si el duelo No permanece dentro de límites estrechos se le declara patológico sin más.
El dolor producido por la separación es en última instancia un dolor narcisista
Bueno puede ser otra forma de interpretar, sera en funciópn de los sujetos, o momentos, incluso momentos que se alternan y solapan.