..había un torrente tan alto, cercano y caudaloso que no permitía ver el cielo y sus estrellas, ni el brillo de la luna llegaba a percibirse; el agua inundaba la casa y la mujer que dentro habitaba se afanaba abrstraida en secar y poner las cosas en su lugar.Una nueva andanada revolvía todo de nuevo, algunas prendas preciosas qeudaban ya sin remedio; a pesar de ello las guardaba con cuidado pues ni el agua podría borrar de esllas el aprecio; otras intentaba con esmero secar, planchar con cuidado, restaurar con fina aguja e hilo de seda o algodón según el caso. Intentaba volver a su ser algunas cerámicas destrozadas, algúnas lascas pequeñas no podía encontrar y con sus pinceles y sus botes de pintura, fabricada con productos naturales, intentaba dejarlos lo más parecidos al original. A veces los miraba con tristeza, lástima,eran tan lindos! y qué pena que se haya quedado con esa mella. Otras veces creía que esa mella hacía de aquel objeto algo más personal.Tal vez era un producto de serie, pero qaué otro podría tener exactamente las mismas señales?. Intentaba buscar cada día todo aquello que pudiera hacer más acogedor su hábitat. Siempre encontraba algo que pudiera anular la pena que sentía por tanto deterioro que la situación de su casa , su poca habilidad para cerrar puertas y ventanas a tiempoo y sin grietas por las que se filtrara el agua, hacía que cada x temporada volviera esa lucha sin fin. Cambiar de casa?, por qué?, cuando no era esa época, sólo aquella casa podía sentir suya. Había pasado temporadas en otra que ofrecían más ventajas, prestadas por sus amigos, prestadas por alguna persona que en apuros la veía y la rescataba de allí. Incluso había pagado algun que otro precio por pasar algún tiempo en otras, pero no eran su casa, aquella en la que nació. Esfuerzos para adaptarse a otra que no era la suya?, Cerrar y poner traviesas en puertas y ventanas, que ni un rayo de luz penetre y.. no abrir nunca?, para qué vivir entónces. Invertir sus cuidados en adaptarse a los inconvenientes de la propia, invertir su tiempo y su vida en ir mejorando las condiciones de la misma o cerrar e irse a otra?. Y cuando llegara la vejez, cuando se viera sola, pues así habría de ser, cómo vivir en una casa ajena, cuando ya la vista no responde ni las piernas, sentirse perdida, sin encontrar aquello que le dio tanto consuelo en otro tiempo aunque quedó en un cajón olvidado, poder, cuando no tuviera fuerzas para pasear por el patio, sólo descansar su vista en aquello que le tocó en suerte, bueno o malo, era propio, su trabajo, su esfuerzo, sus ilusiones y sus fracasos, al fin, su vida.
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